Aun recuerdo aquel lugar. Me quede boquiabierta mirando por la ventanilla del coche, créeme que en mi vida no había visto un lugar tan maravilloso como ese. Había soñado muchas veces con él, con esas verdes montañas, adornadas con pequeños toques de verdes mas oscuros o mas claros de aquellos arboles...era precioso, todo era demasiado precioso.
Cuando me baje del coche, no pude evitar mirar a mi alrededor, no pude evitar dar vueltas sin control admirando una y otra vez aquellos colores tan intensos que tantas cosas me hacían sentir. Cerraba los ojos una y otra vez para confiarme que era de verdad, que ese lugar del que tanto me habían hablado, con el que tanto había soñado realmente existía.
Me daban ganas de agarrar corriendo una cámara de fotos y fotografiar todos aquellos paisajes, o de coger mi blog de dibujo e intentar plasmar un bonito recuerdo, pero ala vez no podía moverme, me había quedado inmóvil mirando aquellas inmensas montañas que me hacían sentir terriblemente pequeña.
Mas tarde me anime a patear, sentía curiosidad por todo aquello que pudiera ocultar ese preciado lugar. Encontré cerca de la casa un lugar todavía mas maravilloso. El sol no lograba llegar a alumbrar del todo aquel lugar, pero tenía una luz agradable. A lo lejos se oían a los pájaros cantar, y una suave y pequeña cascada. Logre encontrar el sitio perfecto para acomodarme, y una vez allí, me dispuse a cerrar los ojos y pensar...En mi vida había sentido tanta paz...En mi vida me había sentido tan tranquila y relajada que allí tirada en aquel verde entre maleza y rocas con ese olor tan especial como el que deja la lluvia en el suelo del bosque.
No podía moverme, me era imposible.
¿Sabes qué? Me gustaría poder llevarte y enseñarte todo aquello, pero, no lo aré, no sería lo mismo si tú y yo compartiéramos el paraíso...
Llámame egoísta pero... ¿Acaso te has parado a buscar tu pequeño paraíso?
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